El actual Museo de Artes y Costumbres Populares es un edificio construido en 1914 por Aníbal González, con la intención de servir de Pabellón de industrias y artes decorativas durante la Exposición Iberoamericana de 1929. La muestra supuso de hecho un nuevo impulso a muchas de las actividades artesanales andaluzas, tales como la azulejaría y la cerámica, técnicas que se usan profusamente en la decoración de este edificio, además de en la elaboración de fuentes y bancos por todo el parque, aportando coloristas notas que contrastan con el verdor vegetal dominante, acogen la intensa luz de la ciudad y los juegos de agua de sus fuentes.
Del mismo modo que el jardín, con ese uso tan particular de la cerámica, evoca el pasado hispanomusulmán, también el propio edificio transporta al paseante que lo observa a la época andalusí, lo cual ya fue percibido en tiempos de la exposición al ser este edificio conocido como "Pabellón Mudéjar", por imitar ese estilo caracterizado por la hibridación de elementos del repertorio formal andalusí con otros de origen europeo. Esa mirada nostálgica al pasado es una de las motivaciones del llamado "regionalismo" de la arquitectura de Aníbal González, producto en el fondo del impulso romántico que supone escapar de la realidad a través de la ensoñación de épocas pasadas y lugares exóticos.
El Pabellón Mudéjar sigue en planta el mismo esquema compositivo que la plaza. También coincide en planta con el propio estanque central de la Plaza de América; de este modo, el pabellón puede duplicarse en su reflejo en el agua, a modo de los quioscos de los jardines orientales, en lo que es una de las estampas más exóticas de todo el Parque de María Luisa.