Phoenix dactylifera L.
ArecaceaeUnos dicen que el nombre genérico Phoenix se debe a que las palmeras datileras conocidas por los clásicos procedían de Siria, país de los fenicios; otros que en griego significa rojo oscuro, lo que aludiría al color de sus frutos maduros; en cualquier caso ese era el nombre latino de la palmera. La palmera, procedente de África y Oriente Medio, gracias a la armónica disposición de sus hojas, semejantes a rayos, ha sido asociada desde tiempos antiguos al mito del Sol, evocando imágenes de gloria y de inmortalidad para civilizaciones antiguas como la egipcia o la romana. Imagen a su vez del oasis, es una planta que ha constituido un elemento fundamental en la cultura y economía musulmanas: el dátil proporciona alimento, de las hojas se obtienen fibras para la construcción y trabajos de cordelería, y la savia proporciona un líquido azucarado, la miel de palma, muy estimada por los habitantes del desierto. En las descripciones coránicas del Paraíso aparece de hecho la palmera formando parte de él. Abd al-Rahman, emir independiente de al-Andalus, como si esta tierra fuera un nuevo paraíso, plantó en Córdoba la primera palmera en Occidente para no olvidar su patria de origen, Siria, donde esta planta crecía con naturalidad. Los árabes en España cultivaron desde entonces ampliamente la palmera, de lo cual son testimonio grandes palmerales como el de Elche. Plantados en filas a modo de separación entre los huertos, han servido durante siglos como sistemas naturales para el ahorro y control del agua de riego.